Se trataba de un chaval de 17 años, algo serio y decidido, que iba o venía de practicar algún deporte. Se dirigía al Centro de Alto Rendimiento en el que hacía piragüismo, había sido uno de los finalistas en el campeonato de España. Por la ropa que llevaba, no sabíamos por dónde nos iba a salir, al vestir tan neutro. De manera que le preguntamos qué iba escuchando: Tote King – Ni de ellos ni de ellas.
Y… nos topamos con un rapero de los auténticos, aunque joven, pues aún estaba en Bachiller, así que pensamos que desde pequeño habría escuchado en casa esta música… (nos imaginamos unos padres con ropas anchas, gorras y tatuajes). Nos dijo que esta música le motivaba, que se la ponía normalmente para ir a hacer piragüismo. ¡Cómo no! Inspira agresividad y constancia, como su afición.
Así que, en definitiva, cuadró este estereotipo con su personalidad y con nuestra percepción. Su forma de vestir normalmente era más arreglada y nos dijo que solía salir por locales nocturnos, a bailar música comercial y a ligarse a chicas dejando de lado sus aires de tipo duro rapero.
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